viernes, 12 de diciembre de 2008

El Bierzo Montañoso

Múltiples cumbres bordean la gran hoya del Bierzo. En días claros se puede contemplar toda la llanura desde cualquier punto de estas montañas, como centinelas de su desarrollo, de su expansión urbana, agrícola y forestal. Por sus laderas, donde los sotos de castaños y robles inundan su orientación norteña; escobales, piornales y encinas carrascas salpican las sureñas; y en sus cumbres de brezales, arandaneras y enebros que ocultan las pocas peñas de calizas y pizarras que sobresalen de los ya escasos pastizales; por estos parajes aun sobrevive una abundante fauna.

Al Sur, en el paso de la Aquiana se observan los rastros del lobo, con pelo de sus presas; y en las alboradas de febrero se escucha su aullido en el valle del Airoso. Corzos y jabalíes frecuentan cualquier esquina del Bierzo, no importa la época del año, pero en estos recónditos parajes del sur es más frecuente observar a gato montes, garduñas, algún turón, raposos, tejones... Incluso grandes ciervos, que pronto su berrea ensordecerá los “rebollares” de los Montes Aquilanos.
Por las cabeceras del río Sil ,el Cabrera o el Selmo aun merodean algunas nutrias. Y en las escasas pilas de leña, en las afueras de los pueblos de montaña, se pueden ver las escurridizas comadrejas. En los pequeños bosquetes de la comarca saltan las cada vez mas abundantes ardillas, acechadas por martas y ginetas.

Por el Norte, los Ancares y la Sierra de Gistredo acaban de cerrar el círculo, con la presencia de dos de las especies más amenazadas de la Península Ibérica; el oso pardo y el urogallo. Estas especies se extienden por las montañas de la vecina y hermana comarca de Laciana. De nuevo los sotos de castaños y la aparición del roble albar conforman el dosel arbóreo, caducifolio en su mayoría. Un poco más hacia el Oeste, casi en la frontera con Galicia, aparece el hayedo más occidental de Europa; el impresionante hayedo de Busmayor, conservado hasta nuestro días gracias al refugio en las laderas de umbría.

Así se explica a groso modo, la diversidad forestal y faunística de esas montañas que vigilan la hoya berciana y que en esta época invernal nos ofrecen la bella estampa de sus cumbres nevadas, visibles desde cualquier punto de El Bierzo para mayor disfrute de nuestra vista.